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lunes, noviembre 07, 2005

Los arrumacos de Fox

Por la dirección editorial de La Hora

Vicente Fox, el presidente que parece robot cuando habla con la escuela de Dale Carneige, jugó el papel de contrapunto a Chávez en la Cumbre de las Américas y no le bastó con preguntarse si el Presidente de Venezuela puede hablar en nombre de los venezolanos, sino que embaucó a los presidentes centroamericanos (que ya estaban alineados con Bush) mediante arrumacos que tienen que ver con la cuestión energética.

Pero al margen de que Fox cumpla fielmente con su papel faldero, en el caso de Guatemala hay que ponerle atención a la supuesta cooperación con Centro América, porque a nuestro país le toca pagar una factura muy alta en el marco de ese acuerdo. En efecto, ningún país de la región tiene que asumir sacrificio alguno en el juego de Fox que pretende no sólo revivir el llamado Plan Puebla Panamá, sino ponerlo al servicio de Bush, con excepción de Guatemala, cuyo territorio se vería seriamente afectado por la inundación de grandes extensiones como producto de la construcción de un embalse en el río Usumacinta que serviría para construir una mega hidroeléctrica para cubrir las necesidades del sur de México.

El proyecto no es nuevo y en los años sesenta estuvo a punto de concretarse cuando el presidente Méndez Montenegro viajó a México listo para firmar el compromiso. Su Vicepresidente, el fundador de La Hora, Clemente Marroquín Rojas, denunció la traidora gestión y gracias a su postura firme se evitó la obra que hubiera sido un desastre para el país por la inundación del territorio de Petén. México no cedió en su empeño y varias veces trató de revivir el proyecto, hasta que Carlos Salinas de Gortari, haciendo un reconocimiento a la actitud patriótica del ya para entonces desaparecido Marroquín Rojas, dijo que su país no volvería a insistir en ese proyecto.

Pero Fox lo ha vuelto a sacar y confía en que la falta de patriotismo de los guatemaltecos le permita su ejecución. Además, el proyecto lo colocan como parte de un acuerdo global de amplia envergadura que trasciende la cuestión puramente energética y que forma parte de una batalla geopolítica que tiene que ver con los intereses estratégicos de Estados Unidos, fielmente servidos y protegidos por el Presidente mexicano quien, olvidando la vieja tradición independiente de su país, se ha puesto de alfombra hasta para convertirse en testaferro de la Casa Blanca para ladrar contra el gobierno de Venezuela que abanderó la postura contra un ALCA al servicio de Washington.

Todo puede pasarse, menos el perjuicio al país aceptando una obra que causará anegación de buena parte del territorio nacional y que sólo puede prosperar en el marco de la más absoluta falta de patriotismo.


Fuente:
www.lahora.com.gt - Nota editorial - 071105