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lunes, enero 14, 2008

Empieza la CICIG

Por la redacción de La Hora
Ayer quedó formalmente instalada la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, con lo que se marca un hito en el esfuerzo de la comunidad internacional para cooperar con los estados que se encuentran en crisis por su incapacidad para aplicar la ley y administrar justicia debido a la penetración de grupos paralelos en las estructuras de poder. El caso de Guatemala no es único en el mundo, pero somos la primera Nación que busca la ayuda internacional para enfrentar uno de los más serios problemas de la gobernabilidad del país, puesto que no hay Estado más fallido que aquel que no puede perseguir a los delincuentes.

La paz social en el país es absolutamente imposible en la medida en que prevalezcan las estructuras de impunidad que se establecieron desde los tiempos del conflicto armado interno, cuando el aparato del Estado se condicionó para que protegiera a sus agentes que estaban librando la guerra contra la insurgencia. Deliberadamente se tejieron sistemas llamados a evitar que a esos agentes, civiles y militares, se les aplicara la ley en caso de que incurrieran en excesos y violaciones de los derechos humanos durante el conflicto. Algo similar a lo que ha hecho Bush en Estados Unidos, al ir creando estructuras como la de Guantánamo que se ocupan de velar por la impunidad de quienes abusen de los prisioneros.

Pero superado el conflicto, las estructuras quedaron intactas y lo único que ocurrió fue que en vez de proteger a quienes estaban supuestamente defendiendo al sistema, se pusieron al servicio del mejor postor y de quienes sabían cómo era que operaba el sistema. Muchos de los agentes del Estado que aprendieron a delinquir en el marco de la guerra, lo siguieron haciendo y siguieron usando su poder para su propio beneficio y colocaron el aparato de la impunidad a su servicio, al punto de que esos poderes paralelos son los que controlan en buena medida no sólo al Ministerio Público, sino a la Policía y a los Tribunales para garantizar que no se les pueda perseguir.

Se ha criticado a la CICIG porque implica una forma de restringir nuestra soberanía, pero no hay peor ausencia de soberanía que la de un Estado que no puede aplicar su ley. Por ello es que es deseable que la Comisión encuentra cooperación en el seno de la sociedad guatemalteca, sobre todo porque con el tiempo veremos que el Estado le negará apoyo cabalmente porque está penetrado hasta sus raíces por los poderes paralelos, mismos que son los que alientan la impunidad y se encargan de privilegiarla. El reto no es para nada fácil, pero si entendemos la necesidad de una estructura con voluntad de atacar un mal que nosotros no hemos enfrentado, puede que demos pasos firmes hacia delante.

Fuente: www.lahora.com.gt - 120108