¿Cuánto van a invertir?

Por Juan Fernando Hernández

Una de las preguntas que habría que hacerles constantemente a los candidatos presidenciales y a sus grupos de trabajo es cuánto invertirán en la investigación científica. Ciertamente que en el país se invierten algunos millones de quetzales en estudiar las enfermedades tropicales como la enfermedad de Chagas, los males crónicos como la diarrea, dengue, malaria y otros similares. También existe inversión en temas agrícolas o agroforestales, pero es mucho lo que falta. En cuanto a la conservación y manejo de recursos naturales como bosques, agua y especies en peligro de extinción lo que se invierte es mínimo en comparación con lo que se necesitaría. Por ejemplo, para cada proyecto lo más que ofrece el CONCYT son Q. 400,000.00, cantidad que con frecuencia solo alcanza para salarios y viáticos. Los costos de los materiales y el equipo científico (microscopios, centrífugas, cromatógrafos, etc.) son elevadísimos y las universidades e institutos de investigación no pueden ponerlo todo. En consecuencia, son muchas las investigaciones que simplemente no se efectúan.

Como a los encuestadores y a los candidatos no les gusta mostrar su ignorancia, poco o nada sabemos de cuánto están dispuestos a invertir en la investigación científica. Y hay áreas donde actualmente casi no se invierte nada. ¿Cuánto se invierte en investigar la arqueología y antropología del sur del país? Basta ver un mapa donde se muestren los numerosísimos sitios arqueológicos que existen en Guatemala y cuán pocos de ellos están siendo estudiados actualmente. En consecuencia, no se protegen y fácilmente se destruyen cuando se hacen construcciones, carreteras o proyectos agrícolas de gran magnitud.

Algunos dirán que entidades privadas pueden –y deben- invertir en la investigación científica. Esto es cierto y debe ser motivo de felicitaciones. Pero no alcanza. Lo que hay que hacer es mucho y difícilmente se dispone de los fondos necesarios para continuar y expandir la investigación científica en áreas tan importantes como el manejo de recursos, protección de sitios arqueológicos, protección de especies en peligro de extinción y bioprospección (investigación sobre recursos aún desconocidos, como medicinas, que pueden obtenerse a partir de plantas, por ejemplo). E insisto, aún las universidades privadas recurren al Estado para solicitar fondos para la investigación.

¿Estarán los candidatos conscientes de cuánto será necesario invertir en la ciencia? ¿Sabrán que no es ni remotamente suficiente lo que se invierte actualmente? ¿Tendrán consciencia de que los salarios que se les pagan a los científicos son bajos? Por ejemplo, CONCYT solo autoriza un máximo de Q.10,000.00 mensuales para un científico con numerosos años de experiencia. ¿Será esto lo correcto? Suponiendo que un antropólogo o arquéologo con 20 años de ejercer su profesión tuviera que vivir con ese salario, ¿podría mantener una familia de cinco miembros adecuadamente? Lo veo difícil. Y casi podría asegurar que en las entidades privadas no podrían o no querrían contratar o subvencionar a través de proyectos a todos los biólogos, arquéologos y antropólogos que se necesitan para investigar en nuestro país. Tampoco alcanza con lo que se obtiene de entidades extranjeras.

Un país que no investiga sus recursos naturales, sociales, arqueológicos y antropológicos jamás progresará. Si no se incrementa substancialmente el monto de los fondos necesarios para la investigación científica (quizás reduciendo los gastos que actualmente se destinan al Ministerio de la Defensa, por ejemplo), no saldremos jamás del subdesarrollo, aunque los “abanderados de la libertad” digan lo contrario. Candidatos: ¿cuánto dinero están dispuestos a darle a la ciencia?

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