Cambio educativo y propuesta indecente
Por Mario Roberto Morales
El proyecto de hacer una reforma educativa surgió de los acuerdos de paz de 1996. Pero en vez de acatar el adquirido compromiso estatal de realizar una transformación curricular que atendiera el carácter multicultural del país para que así los educandos aprendieran a transformar su realidad en lo local, lo regional y lo nacional, el Mineduc contrató asesores extranjeros para que diseñaran un currículo estandarizado que uniformizara las especificidades interculturales, de acuerdo a los tres ejes estratégicos -productividad, competitividad y ciencia y tecnología- prescritos por Empresarios por la educación (CIEN 10-2003) para ser inculcados a docentes y estudiantes mediante contenidos y técnicas conductistas.
Cuando se publicó el documento citado, la ministra de educación fungía como directora del CIEN, entidad privada al servicio del CACIF, la agrupación del empresariado oligárquico. A quien le interese conocer el planteo original de la reforma educativa que fue asumido como compromiso de Estado, así como lo que dejó de hacer el gobierno anterior al respecto, y la manera en que la actual ministra ha retorcido las disposiciones originales convirtiéndolas en medidas preparatorias para la privatización de la educación pública y en puntuales respuestas a las exigencias educativas del TLC, lo remito al documento Reforma educativa versus contrarreforma educativa, del FNL (que puede solicitarse a estamosdefrente@yahoo.com).
Para comprender el carácter conductista y light de la actual reforma educativa, hay que relacionarla con la ideología de "GuateÁmala" (fingir optimismo y dicha), recordando que la actual ministra de educación y el empresario Emilio Méndez fueron los que primero acudieron al canadiense Bruce Mau (www.brucemaudesign.com) para que les diseñara "el país con el que los guatemaltecos soñarán dentro de diez años" (Siglo Veintiuno 28-9-04). También hay que relacionarla con el Plan de desarrollo cultural a largo plazo, del Ministerio de Cultura y el Banco Mundial (2005), el cual propone, entre otros asuntos, lo que ya vaticinaba yo en mi libro La articulación de las diferencias o el síndrome de Maximón (FLACSO 1999, Consucultura 2002): que la gestión turística de las culturas y sitios indígenas la haga el Ministerio de Cultura (que también es "de Deportes" y que pronto será "de Turismo"), con lo que este gobierno, del que la empresaria Rigoberta Menchú es "Embajadora de Buena Voluntad por los Acuerdos de Paz", conecta su política "cultural" con su política "educativa" para cumplir, haciendo gala del gran "espíritu creativo y emprendedor" de los "triunfadores" de "GuateÁmala", con las exigencias del TLC.
No se trata de oponerse al "cambio educativo", sino a su carácter conductista, tecnocrático y privatizador, propugnando por una reforma científica, intercultural y democrática. Por ello rechazo el indecente confite que me ofrece un asistente de la ministra en una de sus oficiosas "respuestas" (vacías de contenidos) a mis planteos, cuando dice (elPeriódico 1-5-06), refiriéndose a las "listas preautorizadas" (sic) de textos escolares que el ministerio pretende imponer a maestros y planteles inhibiendo así su libertad pedagógica y su responsabilidad cívica de formar seres críticos y libres: "Estoy seguro que (sic) cuando el Ministerio implemente el sistema propuesto, textos como los que usted ha publicado para la juventud, por ejemplo La libertad y el deber (Curso de moral, ética profesional y relaciones humanas) (Consucultura, 2002) (sic), serían incluidos en la lista".
Debo rechazar el indecente confite con el que pretende callarme, pues si el asistente cree que mi crítica a la reforma educativa neoliberal busca que el Mineduc promueva los libros escolares de mi autoría, me juzga por su condición mercantilista. Pero, ya que los menciona, lo insto a que lea, además de La libertad y el deber, también Ser y pensar (curso de filosofía), Las palabras y los hechos (curso de literatura hispanoamericana) y Guatemala intercultural (curso de estudios sociales), y me indique si hay mejores libros de su tipo en el mercado, así los leo, ya que me hallo mejorando las mediaciones pedagógicas del enfoque intercultural, cívico y constructivo de mis obras, para dotarlas de mayor excelencia teórica y más profundo nivel de investigación académica. Aunque "el león cree a todos de su condición" (y este leoncito lo cree con lujo de histeria), espero que si ahora responde lo haga partiendo de conocimientos concretos y con algo más de decencia.
www.albedrio.org
El proyecto de hacer una reforma educativa surgió de los acuerdos de paz de 1996. Pero en vez de acatar el adquirido compromiso estatal de realizar una transformación curricular que atendiera el carácter multicultural del país para que así los educandos aprendieran a transformar su realidad en lo local, lo regional y lo nacional, el Mineduc contrató asesores extranjeros para que diseñaran un currículo estandarizado que uniformizara las especificidades interculturales, de acuerdo a los tres ejes estratégicos -productividad, competitividad y ciencia y tecnología- prescritos por Empresarios por la educación (CIEN 10-2003) para ser inculcados a docentes y estudiantes mediante contenidos y técnicas conductistas.
Cuando se publicó el documento citado, la ministra de educación fungía como directora del CIEN, entidad privada al servicio del CACIF, la agrupación del empresariado oligárquico. A quien le interese conocer el planteo original de la reforma educativa que fue asumido como compromiso de Estado, así como lo que dejó de hacer el gobierno anterior al respecto, y la manera en que la actual ministra ha retorcido las disposiciones originales convirtiéndolas en medidas preparatorias para la privatización de la educación pública y en puntuales respuestas a las exigencias educativas del TLC, lo remito al documento Reforma educativa versus contrarreforma educativa, del FNL (que puede solicitarse a estamosdefrente@yahoo.com).
Para comprender el carácter conductista y light de la actual reforma educativa, hay que relacionarla con la ideología de "GuateÁmala" (fingir optimismo y dicha), recordando que la actual ministra de educación y el empresario Emilio Méndez fueron los que primero acudieron al canadiense Bruce Mau (www.brucemaudesign.com) para que les diseñara "el país con el que los guatemaltecos soñarán dentro de diez años" (Siglo Veintiuno 28-9-04). También hay que relacionarla con el Plan de desarrollo cultural a largo plazo, del Ministerio de Cultura y el Banco Mundial (2005), el cual propone, entre otros asuntos, lo que ya vaticinaba yo en mi libro La articulación de las diferencias o el síndrome de Maximón (FLACSO 1999, Consucultura 2002): que la gestión turística de las culturas y sitios indígenas la haga el Ministerio de Cultura (que también es "de Deportes" y que pronto será "de Turismo"), con lo que este gobierno, del que la empresaria Rigoberta Menchú es "Embajadora de Buena Voluntad por los Acuerdos de Paz", conecta su política "cultural" con su política "educativa" para cumplir, haciendo gala del gran "espíritu creativo y emprendedor" de los "triunfadores" de "GuateÁmala", con las exigencias del TLC.
No se trata de oponerse al "cambio educativo", sino a su carácter conductista, tecnocrático y privatizador, propugnando por una reforma científica, intercultural y democrática. Por ello rechazo el indecente confite que me ofrece un asistente de la ministra en una de sus oficiosas "respuestas" (vacías de contenidos) a mis planteos, cuando dice (elPeriódico 1-5-06), refiriéndose a las "listas preautorizadas" (sic) de textos escolares que el ministerio pretende imponer a maestros y planteles inhibiendo así su libertad pedagógica y su responsabilidad cívica de formar seres críticos y libres: "Estoy seguro que (sic) cuando el Ministerio implemente el sistema propuesto, textos como los que usted ha publicado para la juventud, por ejemplo La libertad y el deber (Curso de moral, ética profesional y relaciones humanas) (Consucultura, 2002) (sic), serían incluidos en la lista".
Debo rechazar el indecente confite con el que pretende callarme, pues si el asistente cree que mi crítica a la reforma educativa neoliberal busca que el Mineduc promueva los libros escolares de mi autoría, me juzga por su condición mercantilista. Pero, ya que los menciona, lo insto a que lea, además de La libertad y el deber, también Ser y pensar (curso de filosofía), Las palabras y los hechos (curso de literatura hispanoamericana) y Guatemala intercultural (curso de estudios sociales), y me indique si hay mejores libros de su tipo en el mercado, así los leo, ya que me hallo mejorando las mediaciones pedagógicas del enfoque intercultural, cívico y constructivo de mis obras, para dotarlas de mayor excelencia teórica y más profundo nivel de investigación académica. Aunque "el león cree a todos de su condición" (y este leoncito lo cree con lujo de histeria), espero que si ahora responde lo haga partiendo de conocimientos concretos y con algo más de decencia.
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