El mensaje boliviano
Leído desde Guatemala [1]
Por Miguel Angel Sandoval
Hace años asistí a varios encuentros del Foro de Sao Paulo y a pesar de eventos que se desarrollaban como el V centenario y la emergencia renovada de las luchas indígenas, en el marco del Foro este tema no se debatía. Se consideraba menor ante la urgencia de debatir sobre el socialismo y sus formas, especialmente por lo reciente de la caída del muro de Berlín y el fin de la experiencia del socialismo de estado en el Este. Luego vino la emergencia zapatista en 94 con su carismático y desenfadado líder, el subcomandante Marcos, pero el tema indígena y sus demandas, su cosmovisión y su propuesta no se tomaban en serio. Se firmo el Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas en Guatemala en el marco de la firma de la paz en 1996, y el tema no se abordaba [2] . Daba la impresión que el pensamiento occidental era demasiado fuerte para entender la lógica que estaba presente en la propuesta indígena.
Es solo con el discurso antineoliberal, y los foros sociales o ante la necesidad de tener una propuesta alternativa al modelo sin posibilidades reales de plantear el socialismo en mayúsculas, que se dio vida a la idea de que otro mundo era posible, mejor aún, un mundo en donde cupieran todos los mundos, con pluralismo real, diversidad, inclusión, equidad, y un largo etcétera. En este contexto tuvo lugar la presencia indígena como lo diverso, lo plural, el otro. Sin embargo, su dimensión no ha sido asimilada y el discurso de la izquierda sigue por lo general sin tomar en cuenta ésta dimensión y renovada visión holistica. Nos quedamos en vagas referencias al planteamiento de Mariategui pero de ahí no se pasa. Y hay que decirlo en muchos indígenas con la idea de sumar años luego de los 500 y una actitud de excluidos y buscando arrimarse el poder pero sin autonomía. Se reclama la misma pero no se ejerce.
Y queda la impresión que no se ha entendido el fondo del asunto: que la dominación colonial de los pueblos indígenas y su marginación no se resuelven únicamente vía la lucha de clases o la construcción del socialismo con mayúscula como he señalado. En esta visión que no alcanza a entender la dimensión de lo que plantean los indígenas en el ámbito continental, creo con el respeto que merecen sus análisis, que James Petras o Celia Hart y otros cometen el mismo error. No alcanzan a entender que si algo tiene el marxismo en sus raíces es la nula comprensión de “los pueblos sin historia”, o si se prefiere, su visión eurocentrista. Esto es algo que por conocido no merece ser ampliado.
Sin embargo vale la pena citar algo que desde hace años se plantea entre intelectuales responsables de izquierda: “no encontramos en Marx ni una teoría sistematica sobre la cuestion nacional, ni una definicion precisa del concepto de nacion, ni una estrategia política general. En lo que se refiere a textos propiamente teóricos, los mas conocidos e influyentes fueron sin duda los pasajes un tanto sibilinos del manifiesto...” [3]
Y señalo esto pues en la toma de posesión de Evo Morales en Tiwanaku, con los pueblos indígenas antes que frente a la parafernalia del protocolo gastado de nuestros gobiernitos, se planteo un tema que debería ser motivo de serias, extendidas y profundas reflexiones. Es lo dicho por Evo Morales del fin de los 500 años de resistencia y el paso a una etapa nueva, a una época diferente. Ese es el sentido profundo de la apuesta de los indígenas bolivianos y de otros países. Es algo que va mas allá de la formula para la revolución o para el socialismo, que como sabemos, tuvo en un momento la ecuación soviets más electricidad igual socialismo. Obviamente eso no podía ser, y la historia lo demostró con creces. Hay la dimensión cultural y sobre todo, simbólica que se deja de lado cuando se intentan análisis de lo que podría hacer Evo Morales.
Es igual con la idea de la revolución o la caricatura de la misma, anclada en temas absolutamente económicos, economicistas diría, que olvida la dimensión holistica de la propuesta que ahora se hace. Pero además se olvida que la liberación de los indígenas no ha tenido en revoluciones, inconclusas si se quiere, avances importantes. El ejemplo de los miskitos en Nicaragua es aleccionador; aunque quizás lo mejor que se puede señalar al respecto es la opresión sobre los pueblos que alguna vez formaron parte de la Unión Soviética.
Entendámonos. El socialismo como lo conocemos no es garantía de la liberación de los pueblos indígenas, y a la inversa, la liberación de los pueblos indígenas no supone socialismo. Creo que en el momento en que las dos dimensiones coincidan se estará haciendo un gran servicio a la causa de la liberación o revolución mundial, pero antes que eso ocurra no existen los parámetros que permitan inferir que Evo no es totalmente antineoliberal, o que no necesariamente va a impulsar la revolución con mayúscula. Aunque si se podría afirmar que es absolutamente indígena y que su planteo parte en buena medida de las proyecciones que tiene la cosmovisión indígena.
En otra perspectiva, me parece innecesario inferir que algunos de sus planteos lo ubican como reformista, o que es demasiado conciliador. Me queda la impresión que en muchas expresiones de la izquierda y en sus intelectuales, hay todavía la tendencia a vivir y pensar con los manuales del tipo que estos sean. No estamos ante un proceso social que pueda ser medido con cinco centavos más o menos de neoliberalismo, o que se pueda calcular sus proyecciones sociales o históricas acudiendo a sí se nacionaliza el gas o el petróleo antes o después de que pasen los primeros 100 días.
Hay una dimensión del tiempo indígena que habría que incorporar en los diferentes análisis que se hacen. Pero sobre todo, incorporar la idea de que terminan 500 años y se inicia una nueva era. Aun si ello, no sé si se pudiese calificar de revolucionario. ¿Es ello posible? ¿Será que lo permiten los manuales? Ello de manera particular al abordar y analizar un tema como el de la revolución boliviana que ahora esta entrando en una fase de su desenvolvimiento en donde el eje central pasa por la renovada toma de conciencia de lo étnico, de la fuerza indígena, de la sobrevivencia que durante 500 años mantuvieron.
Y ello no pasa por las modas de los intelectuales de izquierda que una vez tuvieron en el neoliberalismo su fantasma, o la revolución permanente y la revolución en un solo país, o el maoísmo, el anarquismo y muchas modas más. Pero durante todos estos periodos, la lucha de los pueblos indígenas siempre mantuvo intactas sus raíces.
No es seguro que Evo Morales pueda gobernar, que cumpla con su programa, ni que lo dejen hacer las multinacionales y los EEUU. Pero de algo estoy absolutamente seguro: los pueblos indígenas ya cambiaron su referente histórico al decir que no se trata mas de una resistencia ante los 500 años, y que como diría la segunda declaración de la Habana, “esta gran humanidad ha dicho basta y ha echado andar”...
El mensaje del presidente Evo Morales, es lo que encontramos desde el siglo 18 en el jefe Seatle o en Tupac katari, y antes con los textos sagrados de los indígenas, con las variables de la época y las ideas sobre el neoliberalismo y el socialismo, pero como señalo hay algo mas, una especie de plus dado por un invisible hilo conductor que merece la pena reflexionar.
No es casual que se reedite una ceremonia en Tiwanaku que no se realizaba en los últimos 500 años. Por ello la victoria de Evo Morales en los términos en que se plantea es fundante. Ojala que puedan coincidir liberación indígena y socialismo revolucionario, pero sin modelos, sin estridencias seudo-académicas o posturas radicales de domingo. Y de ello darán cuenta los pueblos indígenas del continente junto con otros sectores sociales e intelectuales y académicos que acompañen este proceso ahora sí, de altos vuelos históricos.
[1] Luego de escuchar los dos discursos de Evo Morales en las dos tomas de posesión.
[2] Formo parte de los signatarios de dicho acuerdo. Miguel Ángel Sandoval
[3] Los marxistas y la cuestion nacional. Por George Haupt, Michael Lowy y Claude Weill. Ed. Fontamara. Segunda edición 1980.
www.albedrio.org
Por Miguel Angel Sandoval
Hace años asistí a varios encuentros del Foro de Sao Paulo y a pesar de eventos que se desarrollaban como el V centenario y la emergencia renovada de las luchas indígenas, en el marco del Foro este tema no se debatía. Se consideraba menor ante la urgencia de debatir sobre el socialismo y sus formas, especialmente por lo reciente de la caída del muro de Berlín y el fin de la experiencia del socialismo de estado en el Este. Luego vino la emergencia zapatista en 94 con su carismático y desenfadado líder, el subcomandante Marcos, pero el tema indígena y sus demandas, su cosmovisión y su propuesta no se tomaban en serio. Se firmo el Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas en Guatemala en el marco de la firma de la paz en 1996, y el tema no se abordaba [2] . Daba la impresión que el pensamiento occidental era demasiado fuerte para entender la lógica que estaba presente en la propuesta indígena.
Es solo con el discurso antineoliberal, y los foros sociales o ante la necesidad de tener una propuesta alternativa al modelo sin posibilidades reales de plantear el socialismo en mayúsculas, que se dio vida a la idea de que otro mundo era posible, mejor aún, un mundo en donde cupieran todos los mundos, con pluralismo real, diversidad, inclusión, equidad, y un largo etcétera. En este contexto tuvo lugar la presencia indígena como lo diverso, lo plural, el otro. Sin embargo, su dimensión no ha sido asimilada y el discurso de la izquierda sigue por lo general sin tomar en cuenta ésta dimensión y renovada visión holistica. Nos quedamos en vagas referencias al planteamiento de Mariategui pero de ahí no se pasa. Y hay que decirlo en muchos indígenas con la idea de sumar años luego de los 500 y una actitud de excluidos y buscando arrimarse el poder pero sin autonomía. Se reclama la misma pero no se ejerce.
Y queda la impresión que no se ha entendido el fondo del asunto: que la dominación colonial de los pueblos indígenas y su marginación no se resuelven únicamente vía la lucha de clases o la construcción del socialismo con mayúscula como he señalado. En esta visión que no alcanza a entender la dimensión de lo que plantean los indígenas en el ámbito continental, creo con el respeto que merecen sus análisis, que James Petras o Celia Hart y otros cometen el mismo error. No alcanzan a entender que si algo tiene el marxismo en sus raíces es la nula comprensión de “los pueblos sin historia”, o si se prefiere, su visión eurocentrista. Esto es algo que por conocido no merece ser ampliado.
Sin embargo vale la pena citar algo que desde hace años se plantea entre intelectuales responsables de izquierda: “no encontramos en Marx ni una teoría sistematica sobre la cuestion nacional, ni una definicion precisa del concepto de nacion, ni una estrategia política general. En lo que se refiere a textos propiamente teóricos, los mas conocidos e influyentes fueron sin duda los pasajes un tanto sibilinos del manifiesto...” [3]
Y señalo esto pues en la toma de posesión de Evo Morales en Tiwanaku, con los pueblos indígenas antes que frente a la parafernalia del protocolo gastado de nuestros gobiernitos, se planteo un tema que debería ser motivo de serias, extendidas y profundas reflexiones. Es lo dicho por Evo Morales del fin de los 500 años de resistencia y el paso a una etapa nueva, a una época diferente. Ese es el sentido profundo de la apuesta de los indígenas bolivianos y de otros países. Es algo que va mas allá de la formula para la revolución o para el socialismo, que como sabemos, tuvo en un momento la ecuación soviets más electricidad igual socialismo. Obviamente eso no podía ser, y la historia lo demostró con creces. Hay la dimensión cultural y sobre todo, simbólica que se deja de lado cuando se intentan análisis de lo que podría hacer Evo Morales.
Es igual con la idea de la revolución o la caricatura de la misma, anclada en temas absolutamente económicos, economicistas diría, que olvida la dimensión holistica de la propuesta que ahora se hace. Pero además se olvida que la liberación de los indígenas no ha tenido en revoluciones, inconclusas si se quiere, avances importantes. El ejemplo de los miskitos en Nicaragua es aleccionador; aunque quizás lo mejor que se puede señalar al respecto es la opresión sobre los pueblos que alguna vez formaron parte de la Unión Soviética.
Entendámonos. El socialismo como lo conocemos no es garantía de la liberación de los pueblos indígenas, y a la inversa, la liberación de los pueblos indígenas no supone socialismo. Creo que en el momento en que las dos dimensiones coincidan se estará haciendo un gran servicio a la causa de la liberación o revolución mundial, pero antes que eso ocurra no existen los parámetros que permitan inferir que Evo no es totalmente antineoliberal, o que no necesariamente va a impulsar la revolución con mayúscula. Aunque si se podría afirmar que es absolutamente indígena y que su planteo parte en buena medida de las proyecciones que tiene la cosmovisión indígena.
En otra perspectiva, me parece innecesario inferir que algunos de sus planteos lo ubican como reformista, o que es demasiado conciliador. Me queda la impresión que en muchas expresiones de la izquierda y en sus intelectuales, hay todavía la tendencia a vivir y pensar con los manuales del tipo que estos sean. No estamos ante un proceso social que pueda ser medido con cinco centavos más o menos de neoliberalismo, o que se pueda calcular sus proyecciones sociales o históricas acudiendo a sí se nacionaliza el gas o el petróleo antes o después de que pasen los primeros 100 días.
Hay una dimensión del tiempo indígena que habría que incorporar en los diferentes análisis que se hacen. Pero sobre todo, incorporar la idea de que terminan 500 años y se inicia una nueva era. Aun si ello, no sé si se pudiese calificar de revolucionario. ¿Es ello posible? ¿Será que lo permiten los manuales? Ello de manera particular al abordar y analizar un tema como el de la revolución boliviana que ahora esta entrando en una fase de su desenvolvimiento en donde el eje central pasa por la renovada toma de conciencia de lo étnico, de la fuerza indígena, de la sobrevivencia que durante 500 años mantuvieron.
Y ello no pasa por las modas de los intelectuales de izquierda que una vez tuvieron en el neoliberalismo su fantasma, o la revolución permanente y la revolución en un solo país, o el maoísmo, el anarquismo y muchas modas más. Pero durante todos estos periodos, la lucha de los pueblos indígenas siempre mantuvo intactas sus raíces.
No es seguro que Evo Morales pueda gobernar, que cumpla con su programa, ni que lo dejen hacer las multinacionales y los EEUU. Pero de algo estoy absolutamente seguro: los pueblos indígenas ya cambiaron su referente histórico al decir que no se trata mas de una resistencia ante los 500 años, y que como diría la segunda declaración de la Habana, “esta gran humanidad ha dicho basta y ha echado andar”...
El mensaje del presidente Evo Morales, es lo que encontramos desde el siglo 18 en el jefe Seatle o en Tupac katari, y antes con los textos sagrados de los indígenas, con las variables de la época y las ideas sobre el neoliberalismo y el socialismo, pero como señalo hay algo mas, una especie de plus dado por un invisible hilo conductor que merece la pena reflexionar.
No es casual que se reedite una ceremonia en Tiwanaku que no se realizaba en los últimos 500 años. Por ello la victoria de Evo Morales en los términos en que se plantea es fundante. Ojala que puedan coincidir liberación indígena y socialismo revolucionario, pero sin modelos, sin estridencias seudo-académicas o posturas radicales de domingo. Y de ello darán cuenta los pueblos indígenas del continente junto con otros sectores sociales e intelectuales y académicos que acompañen este proceso ahora sí, de altos vuelos históricos.
[1] Luego de escuchar los dos discursos de Evo Morales en las dos tomas de posesión.
[2] Formo parte de los signatarios de dicho acuerdo. Miguel Ángel Sandoval
[3] Los marxistas y la cuestion nacional. Por George Haupt, Michael Lowy y Claude Weill. Ed. Fontamara. Segunda edición 1980.
www.albedrio.org